28 de diciembre de 2006

La oscuridad de los sueños

Ayer soñé que tu sombra
se desvanecía entre mis dedos frágiles,
que tu rostro
estallaba contra el rompeolas
del espejo del tiempo.

Y en un absurdo pensamiento,
no podía escribirte ni una sola letra.

Ayer te soñé oscuro y gris
en un infierno de imágenes sin sentido;
tu cuerpo se difuminaba en el mar
de mis ojos
y no podía abrir el alma y mojarme.

Anoche luché contra un fantasma de
hoja afilada que me partía a pedazos

la entraña de amor destrozada.

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