25 de enero de 2007

Una cama


Miras por la ventana. Ahí está la luna flotando en el silencio de la noche. Respiras el aire frío profundamente, ensanchando tus pulmones, sintiéndote viva... y dejas vagar tu pensamiento entre las tinieblas de la habitación.


Detienes la vista en tu cama. Ella te conoce bien. Cierras la ventana y te dejas caer entre las sábanas lentamente. Respiras hondo. Cierras los ojos y es cuando todas las imágenes del día empiezan a danzar frente a tí. Y en medio de ese baile fluyen tus pensamientos, se van modelando tus deseos, vas encajando cada pieza... Es el momento mágico de las reflexiones nocturnas.


¿Alguna vez os habeis parado a pensar lo importante que es una cama en nuestra vida?. Os da paz, descanso, tranquilidad, os cobija cuando hace frío, es ese rinconcito que os permite soñar libremente, lugar de lectura y diversión, testigo (y soporte) de vuestras pasiones desenfrenadas. Aquí se toman decisiones importantes. Con nadie has compartido tanto como con ella. El sitio perfecto donde reflexionar y dar rienda suelta a nuestros pensamientos: en un segundo pueden desfilar ante ella tantas personas, tantos momentos...
Mi cama es como mi fortaleza. En ella solo entran los elegidos.

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