Amaneció el 11 de marzo. El silencio del estruendo y las sirenas...
Amanecieron las lágrimas, la angustia y el miedo y desde entonces ahí viven rondando.
Podía haber sido yo. Pudo... Y tú. Fueron ellos.... Nos bajaron del tren a la fuerza. Y algo se perdió de todos.
Una hora, una fecha, unos nombres, PARA NO OLVIDAR.
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2 comentarios:
Gracias por recordar, lo que algunos olvidan. Todos tienen nombre, los que ya no estan, los que estaban y se quedaron....
A mi me toco de cerca, muy de cerca y nunca podre olvidar....
Navafria
Creo que la única forma de que nunca vuelva a ocurrir es tenerlo presente y recordarlo todos los dias. Y hacérselo llegar a nuestros hijos... y a las generaciones futuras.
He tenido el placer de leerte en alguna ocasión en el blog de Gerion.
Un besito cariñoso.
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