Si algo he sabido siempre es como soy y mis limitaciones y lo más increible tal vez es que me siento maravillosamente imperfecta con todos mis defectos. La vida no es un concurso de belleza y los que lo ven de esa forma, sí que están realmente limitados. Entre una persona guapa y una que no lo es, puede mediar solo una operación de cirugía estética... Pero el alma y el duende no pueden operarse.
Es la segunda vez en poco tiempo que me topo con alguien para quien la belleza es sinónimo de poder: Poder manejar a los demás sintiéndolos rendidos a sus pies. Y en esa absurda obsesión no ven más allá de sus hermosas narices. No son capaces de más valoraciones y dejan escapar los pequeños detalles que son los que hablan en gran parte de nosotros mismos y de lo que somos.
Tú sigue siendo guapa, que yo... Yo seguiré siendo yo.
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