Ven, leeme de nuevo al oido
como aquella noche,
dibuja con tus dedos las sonrisas
que me provocas,
abraza mis escalofríos
que se desparraman por mi cuerpo
cuando entras y me susurras...
Ven, enciéndeme con tus miradas
y déjame arder
hasta consumirme en tus brazos.
Se me entrecorta el viento
que se diluye entre gemidos
en esta explosión que arrastro.
Y aún contigo te sueño,
sin tu roce me desangro
si no me arropa tu cielo,
si no despierto a tu lado.
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