13 de octubre de 2019

Porque le quería

Siempre vuelve a la memoria
aquel primer beso de caramelo, tembloroso,
aquellas miradas lánguidas a veces, ávidas otras,
y aquel suspiro eterno del abrazo.
Siempre pesan
los momentos más insignificantes de vida
compartida y a veces se te declaran en guerra
constante al mirar al cielo, al sentarte en ese
banco de madera solitario, o simplemente
al cruzar de acera.
¡Son tantos los segundos robados al tiempo!
Aunque en su momento fueran estrellas fugaces,
su resplandor quedó grabado en mi pupila.
Siempre vuelve a la memoria
ese calor humano que me envolvía a veces,
la sonrisa de las cinco y media atravesando la calle,
la imagen de una disciplina burlada
en aras de unas pasiones desenfrenadas.
Siempre pesan
las luciérnagas en la noche, las luces de colores,
el rio derramándose en mi piel en el calor de un verano,
las lágrimas compartidas en aquellos ojos negros,
ese olor tan conocido,
los acordes de un silencio robados al aire.
Siempre lo más anodino junto a tu imagen
arañando mi sombra.
Pero todo librarse de ti es inútil...
Porque siempre vuelve a la memoria.

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