30 de enero de 2007

La senda del tiempo


Todos somos diferentes. A lo largo del camino nos vamos cruzando con todo tipo de personas. Cada uno con sus circunstancias y su visión propia de las cosas, acarreando sus experiencias y sus motivaciones para elegir uno u otro sendero. Todos vamos tejiendo nuestras vidas formando un entramado con los demás como hilos en una artística labor de costura.
Elegimos a las personas. Creemos que nos son afines, compartimos nuestras vivencias, establecemos lazos y nacen sentimientos recreando una variada gama colorista que van desde la ternura al amor, del odio a la indiferencia. Algunas veces las personas se quedan en nuestra vida para siempre, otras pasan sin pena ni gloria y ni siquiera recuerdas sus caras o sus nombres. Pero todo esto no es solo obra nuestra: ellos también deciden si quieren quedarse en tu vida y en qué forma. Algunos caminan a tu paso indiferentes a la dureza del terreno, estableciendo una complicidad y cadenas indisolubles. Otros te van siguiendo, acechándote como lobos aguardando el momento preciso de devorar a su presa. Otros simplemente deciden acompañarte un trecho hasta la próxima curva. Otros tan solo intentan que pises por la senda que lleva a su territorio...

Es difícil elegir el camino y es difícil elegir la compañía. Pero sólo lo que hayas ido sembrando en cada uno de ellos es lo que podrás ir recogiendo a tu paso y será tu equipaje para el resto de tu vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Se que muchas personas se han quedado en tu vida y otras por el camino. Pero amiga mia, has de mirar al frente y sacar esa fortaleza tuya que puede con todo. Otras personas vendran, algunos ya estamos...
Piensa en lo que tienes y lo que eres: TODA UNA MUJER en mayusculas