13 de enero de 2007

30 de Septiembre

Mi camino
son las cenizas de tu rastro
de sangre;
una sangre que no late
y que me duele.
Me duele saberte herido,
derribado por un rayo
sobre las fauces oscuras
de la tierra triste.
Me duele saberte
golpeado y desangrado
sin un aliento amigo
rodeado de cadáveres.
Me duele pensarte
rígido y frío
bajo una luna cruel;
me desgarra
tu sonrisa perdida
y nuestro pasado de rosas.
Me duele no tener manos
para alzarte de esas simas,
manos para romperlo todo,
para arrancarte de esa piedra.
Me duele no tener labios
para besarte,
un beso de aire,
un soplo de vida contenida,
un roce de esperanza detenida...
Me duele el dolor
de pensarte;
me duele saberte apagado
como una llama triste,
me duele el aliento
y el llanto reprimido
en mi pecho hundido.
Me duelen mis penas,
mi rabia...
mi tristeza...
mi amor marchito y destrozado...

No hay comentarios: